Si en el verano, buscas un lugar fresco, ir al sot de l’infern es la ruta de senderismo que estas buscando. Es un lugar especialmente tranquilo, con un pequeño rio y envuelto de vegetación impresionante.

El itinerario tiene unas pendientes suaves y permite ver y fotografiar algunos elementos paisagísticos y patrimoniales más típicos del Montseny, como un gran alzinar, un conjunto de castañeros viejos o una antigua barraca.

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La plana del coll.

Si quieres tener una panorámica del Turó de l’Home, tienes un parking que te lo va a permitir. En este parking encontrarás agua fresca en una fuente con unas mesas de pícnic y una caseta de información.

Si cogemos el GR-5, enfrente de la zona de la plana del coll, empezaremos la ruta que nos lleva al Sot de l’Infern, señalizado con marcas amarillas.

El camino, se mete por un alzinar espeso y hace ziga-zagas mientras bajas por la montaña bajando hacia el camping de Fontmartina. Aquí, puedes hacer una foto increíble del Turó de l’Home, el punto más elevado del mazizo del Montseny.

Los castañeros viejos.

Continua por el sendero, pasando la entrada del camping, para llegar a los castañeros viejos. Estos árboles son gordos y bajos, y la particularidad de su interior es que estan totalmente vacios. Aquí, los animales hacen de los árboles sus hogares.

El paraíso de luz y sombra, hacía el Sot de l’Infern.

Una vez dejado los castañeros, el camino se ensancha y atravesaremos un alzinar espeso, dónde puedes ver marcas de jabalíes y pájaros (como el «gaig» o la «mallerenga»), aunque fotografiarlos es difícil. Avanzamos por el camino, y veremos piedras que lo delimitan de los antiguos lugares de cosecha. Es entonces cuando escucharemos el ruído del agua del torrente que riega el sot de l’infern, y rápidamente pasa a la parte superior.

En este punto, el bosque se vuelve más húmedo, frío y sombrío, en el que se cuelan algunos rayos de sol.

La perxada.

Seguimos por la pista y el paisaje cambia de manera radical, y de alzinas pasamos a castañeros. Esa zona está explotada de la manera tradicional: cortando la madera para que nazcan nuevas ramas. Aquí, encontrar pilas de troncos y algunas alzinas jóvenes, que recuperan la zona pérdida por los castañeros. Para que lo tengas en cuenta, los castañeros no son autóctonos del Montseny, por lo que se trajeron para aprovechar la madera y los frutos.

Al final de la encontraremos una cabaña reconstruída. En la antiguedad, los carboneros se refugiaban en construcciones como esta, para controlar la leña, que con una combustión lenta se transformaba en carbón.

El sot de l’infern.

Justo delante de la cabaña, veremos una río pequeño que baja por la montaña entre castañeros, alzinas, robles avetos y pinos rojos. El sonido del agua nos guiará hacía el sot de l’infern, pasando por al lado de un horno de calcio.

El suelo estará lleno de musgo y otras plantas que funcionan igual que una alfombra. Es un lugar totalmente armónico, y un regalo para los fotógrafos. Hace falta cruzar el torrente por unas pasarelas y seguir el camino. Después, unos cuantos metros de subida a través de un bosque de alzinas, y el itirenario sigue hasta volver de nuevo al camping de Fontmartina, para llegar a la Plana del coll.